Alquiler de habitaciones para estudiantes: ¿riesgo u oportunidad?3 min read

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El alquiler de habitaciones para estudiantes es un riesgo y una oportunidad. Por un lado, el alquiler a estudiantes es más lucrativo que un alquiler residencial tradicional, pero hay que tener en cuenta algunos riesgos.

Alquiler de habitaciones para estudiantes
#1 El barrio

La zona es un elemento crucial, por decirlo de alguna manera. Si decide alquilar casas para estudiantes, el apartamento debe estar cerca de los principales centros universitarios.

Además, la zona debe estar bien comunicada con el transporte público, los supermercados y los lugares de encuentro para los jóvenes.

Este último elemento suele subestimarse. Quienes optan por el alquiler de casas para estudiantes no suelen tener en cuenta que la universidad es vista por el estudiante como una oportunidad para crecer en muchos aspectos. No sólo la formación, sino sobre todo la socialización.

#2 El alquiler

Al estudiante no le interesa si el contrato es transitorio o de otra forma. Lo que le interesa es la fórmula de pago.

Hoy en día está muy de moda el alquiler de Todo Incluido. Es decir, cuando el estudiante paga una cuota mensual fija por el alquiler y los servicios públicos, y luego paga un saldo final de gastos.

El poder de esta fórmula radica en su simplicidad: el estudiante siempre sabe cuánto paga cada mes.

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#3 Elección de habitaciones

La distribución del apartamento también es un elemento importante. Si decides alquilar a estudiantes universitarios o a jóvenes trabajadores, la habitación individual se convierte en una necesidad.

La habitación individual es hoy un elemento esencial para los jóvenes. En un mundo en el que la gente comparte cada momento de su vida, los estudiantes quieren la privacidad necesaria cuando están en casa.

#4 Comportamiento

Algunos de los riesgos de alquilar una vivienda para estudiantes son el escaso mantenimiento diario del inquilino. Esto puede suponer un aumento de los costes.

Definir de antemano unas normas de conducta precisas, escritas y firmadas es la mejor solución para evitar volverse loco sobre quién, por ejemplo, tiene que pagar la manutención.

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#5 Tipo de contrato

Para mitigar el riesgo de impago, siempre es aconsejable celebrar un contrato para cada inquilino. Evite los contratos solidarios.

Aunque esto puede suponer un pequeño coste adicional en términos de registro y administración, la flexibilidad de tener un contrato para cada plaza compensa con creces estas complejidades.

#6 Toma de posesión

Vinculado al punto número 4, la gestión de las adquisiciones es un elemento relevante.

Hay una regla no escrita: los buenos inquilinos atraen a los buenos inquilinos.

A la hora de evaluar a los distintos candidatos, no hay que limitarse a la solvencia. Considera que el nuevo inquilino tendrá que convivir con los futuros compañeros de piso.

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